miércoles, 11 de mayo de 2011

... Rafael, Las Hilanderas y Noticias Frescas de Cannes.

El Triunfo de Galatea

Con este precioso fresco en la villa Farnesina Rafael nos muestra a Galatea huyendo del amor del cíclope Polifemo lanzándose al mar, rodeada de tritones y nereidas que, bajo las flechas de Cupido, se entregan al amor carnal, a diferencia de nuestra heroína, que renunciando a Polifemo, renuncia a ese amor terreno. Galatea aparece representada en plena búsqueda del amor platónico, del ideal de amor, que para ella es el pastor Acis, que no le corresponde.Así, para retratar el amor perfecto Rafael ilumina el cuadro de forma clásica: luz nítida, clara y pura, esos azules celestes que nos transportan a ese mundo extracorpóreo... Sin embargo no deja de revolucionar, combinando ese clasicismo con la inclusión de elementos dinámicos, pues todas las figuras están en plena actividad, y de líneas curvas en la composición del fresco. Casi se siente el aire que mueve el velo de Galatea. Lo fascinante es comparar la mirada seductora de la nereida del primer plano con la de Galatea, trascendente, mirando al cielo, iluminada por el amor neoplatónico. Con su Galatea, Rafael plasma su ideal de belleza, su canon de perfección.


Cupido y las Tres Gracias

Pero doblemente interesante resulta después observar, en la misma villa Farnesina, este fresco de una de las logias, a mi modo de ver, una de las obras más bellas que pintó nunca Rafael, si bien no es muy conocida. La comparación entre pinturas es curiosa porque ésta no deja de ser la antítesis de su Galatea, en el sentido de que estas Gracias rezuman erotismo y carnalidad, pero sin abandonar nunca la elegancia y la delicadeza de Rafael. Delicadeza que alcanza su máxima expresión en la Gracia que se encuentra en escorzo, dándonos la espalda, en mágico equilibrio sentada sobre una nube sin apoyarse en nada más que en los dedos de un pie precioso. 


Madonna Sixtina

Y para quienes no ubicaran a los famosos ángeles de Rafael, he aquí la obra a la que pertenecen. Pero lo que merece la pena mirar en esta pintura, más allá de la anécdota de los ángeles, es la incomparable belleza de la Virgen pintada por Rafael, el color de sus ropajes, que armoniza con el rubor de las mejillas y la hoquedad en su manto provocada por el aire, que puede sentirse. El resultado es una obra que se sitúa entre lo divino y lo terrenal, flanqueada por dos cortinas abiertas que le dan teatralidad y ponen la obra en conexión con movimiento artístico posterior: el Barroco. Y los ángeles son los espectadores, como nosotros, de la teatral escena, de la aparición de la Virgen más hermosa de la Historia de la Pintura, que se inclina ligeramente hacia nosotros mostrándonos a Cristo.


Las Hilanderas

Y ahora pasemos a Velázquez, a uno de sus mejores cuadros, y con él, os doy una curiosidad de Trivial: ¿sabíais que no se supo el verdadero significado de esta pintura hasta 1948, es decir, dos siglos más tarde de haberse pintado? Hasta ese momento se veía como una escena de género más, de laborse cotidianas, no se supo hasta entonces que el cuadro era una representación del mito de Aracne y el concurso de tapices que la enfrentó a Palas Atenea. Velázquez revoluciona la pintura con un cuadro que debe leerse de atrás adelante y que tiene en el tapiz del fondo (representación de El Rapto de Europa, en homenaje a Tiziano y a Rubens) la clave de su total comprensión. Y no deja de ser el cuadro una hermosa reflexión sobre el oficio del pintor, con las artes representadas al fondo e iluminadas (las tres mujeres son alegorías de la Pintura, la Escultura y la Arquitectura; el contrabajo representa a la música) en contraposición con profesiones más artesanales, como la de las hilanderas, representadas en primer plano, en penumbra. Y a mí me sigue hipnotizando la luz diagonal que, recorriendo a la diosa y a las Artes cae sobre la hilandera de espaldas a nosotros, deleitándonos con el detalle de su hombro, su cuello y su pelo recogido.


Y por último, abandonando un poco el mundo de la pintura (poco, porque este cartel que contiene en la mirada de Emily Browning, en el caer de su pelo sobre su espalda desnuda, en la carnosidad de sus labios y la posición de su brazo toda la perturbadora belleza que promete la película, bien parece una pintura), os informo de que ya se tienen noticias de las primeras impresiones de Sleeping Beauty, la ópera prima de la reputada escritora Julia Leigh, película de la que ya os hablaba en una anterior entrada. Pues bien, las primeras críticas a la película no pueden ser mejores: coinciden en destacar la interpretación de Emily Browning, incidiendo que no solo se trata de la supuesta valentía de mostrar desnudez física (comentario tópico donde los haya en este tip de películas), sino que la genialidad de su actuación reside en la otra desnudez, la psicológica y emocional. ¿Posible candidata al Premio a la Mejor Actriz? Por otro lado se alaba la labor tras las cámaras de Leigh, se dice que las imágenes servidas son de gran belleza, que consigue dotar a la película de una atmósfera onírica de sombrío cuento de hadas articulado con un lenguaje narrativo propio.  Las primeras críticas pues, están absolutamente entusiasmadas, agradecen la presencia de una película así en la Sección Oficial, que le da frescura y valentía. Pero también coinciden en que va a ser una película controvertida, que despertará pasiones extremas, así que no sorprendería que mañana, en su presentación oficial, hubiera división de opiniones, y que por lo tanto, viera limitada sus opciones a premios. Por mi parte solo me queda decir que ésta se ha convertido en una de las películas que más me atrae de este festival, una auténtica sorpresa que espero que conozca pronto fecha de estreno en nuestro país. Mañana se sabrá la respuesta general ante la película y se presentará la segunda película a competición, We Need to Talk About Kevin, con mi venerada Tilda Swinton. Seguiremos informando.

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