lunes, 21 de marzo de 2011

...DCFA 2010 Nominees!! Part I.



¡Ya están aquí! Los Deivith Coast Film Awards del 2010 dan su pistoletazo de salida. Los premios van a constar de cuatro partes: la primera, la que aquí nos ocupa, os presentará los nominados en las categorías técnicas, las visuales y de sonido. La segunda parte se encargará de anunciar los nominados en los premios interpretativos y en la tercera parte conoceréis los finalistas en las categorías de guiones, los cinco directores nominados y finalmente las mejores películas del año. Por último en una cuarta parte daré una serie de premios especiales.

Antes de comenzar, añadiré que este ha sido un año maravilloso para el cine, con numerosas grandes películas y muchas películas-acontecimiento,aquellas que luego adoraremos o nos dejarán fríos, pero cuya existencia hace del cine algo emocionante, excitante, irresistible. Así, no podíamos esperar por ver la película sobre los sueños en la que ciudades se doblan sobre sí mismas, el fin de la trilogía animada más legendaria del cine, la película de Facebook, la peli sobre un hombre encerrado en una caja, el documental sobre el graffitero que nadie sabe quién es en realidad, Cher y Christina estrenan peli juntas, se estrena película sobre un chico que estuvo cinco días atascado en una montaña luchando contra una roca, Álex de la Iglesia hace una peli sobre payasos sangrientos que gana premios en Venecia, polémicas ante la dicotomía Polanski genio-Polanski persona, ¿por qué Natalie Portman baila, grita, llora, se masturba, se enrolla y pelea con Mila Kunis, tiene los ojos rojos y se saca una pluma de la espalda en el trailer de Cisne Negro? ¿Qué pasa en Blue Valentine para que le den la calificación más alta por edades debido a su contenido sexual? ¡Yo no me lo pierdo! Y así fue, obviamente no todas estas películas han conocido un triunfo arrasador en taquilla, ni todas son grandes películas; pero este año se ha dado algo sorprendente, y aunque haya sido de forma aún discreta, por algo hay que empezar: mientras que la fórmula de secuela, de remake, la última peli sobre el enésimo superhéroe Marvel, o las tres cosas a la vez empezaba a mostrar síntomas de agotamiento, los nuevos autores tomaban el relevo y vivían en sus carnes triunfos críticos y de público, gracias en parte a su promoción, pero sin duda ha sido también recompensa a su pasión y a un trabajo extraordinario. Así podemos decir que este año ha sido uno en el que el cine ha estado en nuestras vidas más presente de lo habitual, al menos para quienes lo adoramos. Incluso películas más minoritarias se convertían en fenómenos a pequeña escala, y las nuevas de Kiarostami, Weerasethakul, Changdong, Beauvois, ahora Ruiz o en nuestro país Villaronga y su cosecha de Goyas y demás premios con su Pan Negro, o nuevos descubrimientos como Yo Soy el Amor, de Guadagnino eran citas ineludibles para cinéfilos que mediante el boca-oreja han garantizado a las cintas una trayectoria en cartelera mucho más larga de la que podía esperarse en un principio. Y eso ha hecho de este año en sí mismo un acontecimiento cinematográfico apasionante. 

Única pega: los reproches tienen nombres propios, tales como Rabbit Hole, Blue Valentine, Somewhere, Les Amours Imaginaires, Another Year, Please Give, L´Ilusioniste... Y otras más que me dejo en el tintero que a día de hoy siguen sin tener fecha de estreno en cines de nuestro país. A ellas habría que añadir la saturación de estrenos de renombre en las últimas semanas y otros que llegan con retraso, en vez de una mejor distribuidora. Una auténtica vergüenza la distribución en salas de cine de un país que quiere suprimir las descargas por Internet.  No me alargo más, solo como siempre rogaros que vayáis mucho al cine, que veáis mucho cine del bueno y que os animéis a decirme cuáles han sido vuestras películas este año, a cuáles habríais nominado en estas categorías, cuáles creéis que faltan, con cuáles estáis de acuerdo.Y sin más dilación... 

Nominados a los DFCA. Parte I. Categorías Técnicas.

Mejor Dirección Artística


Cisne Negro: Vanguardistas decorados teatrales,  claustrofóbicos y tenebrosos interiores domésticos, espejos por todos los rincones que resaltan la idea del doble y la escisión de la personalidad.  A ello le añadimos lo bien que capta la dirección de arte el espíritu de los personajes (la habitación de Nina) y de la película en sí (puro grand guignol).


El Escritor: De nuevo la claustrofobia pero mediante el vacío, el desnudo, el espacio diáfano y el frío minimalismo. Puntos extra por la incorporación al diseño de las nuevas tendencias artísticas y tecnologías.


Origen: Estilo japonés, figurativismo del siglo XX, estructuras paradójicas, influencias de Magritte y urbanismo parisino. El subconsciente de nuestros héroes sin duda tiene clase.


Yo Soy El Amor: El poder de los Recchi queda sentenciado desde el primer fotograma ante la aparición en escena de la imponente mansión familiar.  Acorde con ello, largos pasillos, interminables escalinatas, sugerentes cuadros y mobiliario decadente que crea un universo propio: el que en apariencia es hermoso hasta donde faltan las palabras pero que a la vez pretende convertir a nuestra protagonista en un elemento más de la colección. Las localizaciones milanesas resaltan la belleza y la frialdad de la ciudad a partes iguales.

Shutter Island: Uno de los elementos estrella de la película de Scorsese es la implicación del diseño de los interiores en el terror de la historia tomando inspiraciones de las antiguas películas expresionistas del género. La capilla, el pesadillesco salón donde Di Caprio recuerda a su mujer, el laberíntico pabellon de los internos más peligrosos... Evocadores espacios que no se despegan de nuestra retina.

Y dos finalistas...
La habitación de hotel más hermosa y de ensueño que el cine ha concebido nunca en Habitación en Roma. Los modernos, punks y creativos espacios de Scott Pilgrim contra el Mundo.

Mejor Vestuario


The Runaways: Porque capta a la perfección el espíritu de las rock stars malditas de los 70-80, atormentadas y excesivas e incontestablemente icónicas. Los homenajes a Bowie sin duda suman puntos

Cisne Negro: Por la inteligencia de los diseños de Amy Westcott, en el que el enfrentamiento del negro pasional, tentador y peligroso contra el blanco puro y el rosa ingenuo es patente durante todo el metraje y de la forma más literal, en los vestidos, que por otra parte son preciosos. Y desde luego los impresionantes e indescriptibles diseños de Rodarte para las escenas de ballet son clásicos instantáneos desde que aparecen en pantalla

Les Amours Imaginaires:  por asentar las bases del estilo retro-cool sin resultar gratuito, sino definiendo a unos personajes que son auténticos estetas, empeñados en amar a si ideal de belleza absoluta, pretendiendo al ser correspondidos, acercarse a ella.Una auténtica preciosidad.

Yo Soy el Amor: De nuevo los fastos, la opulencia de la clase alta milanesa, sin dejar de resultar decadente. Estilo aristocrático, imposible quitarle el ojo de encima.

Misterios de Lisboa: Del exótico folletín luso a la corte de la Francia del XIX, vistiendo a huérfanos, nobles, religiosos y aventureros con trajes marcados por el espíritu novelesco y teatral.

Y dos finalistas...


El diseño de vestuario adaptado magistralmente a los protagonistas de Valor de Ley y el estilo y elegancia contemporánea de los personajes de Origen.

Mejor Maquillaje


The Runaways: Captura una época, un estilo, un modo de vida, se lanza por lo teatral y su protagonista se pinta el rayo de Bowie en la cara. Solo con lo último la nominación quedaba garantizada.

Cisne Negro: Por si las secuelas de los interminables ensayos de ballet, las transformaciones físicas, las pieles arrancadas o las múltiples lesiones y mutilaciones no fueran necesarias, crean el maquillaje que define a toda la película, el del Cisne Negro, para garantizarse su plaza.

Splice: La frase promocional de la película decía "Conoce a Dren". ¿Ya la has conocido? ¿Sabes que detrás de eso hay un ser humano? Entonces sabes qué hace nominada.

Camino a la libertad: El reflejo de la sed, del hambre, del calor, del frío, de largas caminatas, inflamaciones, infecciones, picores... Todo ello de la forma más cruda nos garantizan un precioso viaje de vuelta al hogar.

Las Vidas Posibles de Mr. Nobody: Aunque la película resultara a todas luces fallida, el envejecimiento de Jared Leto es impactante, así como el diseño físico de los humanos del futuro.

Mejor Fotografía

La Red Social: La luz ocre del crepúsculo que baña Harvard resulta amenazante y propicia para la creación del "monstruo" de Zuckerberg, germen de la historia de una traición de dimensiones shakespearianas, y con la grandeza de los grandes clásicos es fotografiada, resultando en sus encuadres la película más elegante del año, pero sin renunciar en un momento a la modernidad. La iluminación en discotecas, despachos, en asépticas oficinas queda tan minuciosamente controlada que la película es una delicia visual en cada plano. Le da a la película el espíritu monumental que requiere la historia que define una época.

Tío Boonmee que Recuerda sus Vidas Pasadas: La elección lumínica de Weerasethakul para cada uno de los fragmentos que compone su película resulta en todo momento fascinante, coherente y evocadora: la naturaleza nunca ha parecido tan viva y misteriosa, el aire parece verse, "nuestros ojos están abiertos, pero no estamos viendo nada", las apariciones fantasmales y las sombras proyectadas son un sentido y profundo homenaje al cine como vidas anteriores.

Cisne Negro: La fotografía de Libatique sumerge literalmente a la protagonista en las tinieblas. Nina flotando en la oscuridad es una visión inolvidable, repleta de significado. El formato panorámico le da un épico clasicismo, la cámara en mano una rabiosa y visceral modernidad.El caos de verdes y rojos de la discoteca, repetidos en la delirante representación final. La película entera es un espectáculo aterrador de perturbadora belleza, de una perfección rebosante de monstruosidad y poesía.

Yo Soy el Amor: Trabajo evocador, sugestivo, profundamente sensorial y sensual que despierta en la protagonista y el espectador el deseo hacia los placeres terrenales y mediante su luz idealizada el amor a lo que el mundo nos ofrece.  Por otra parte el encuadre es siempre imponente y sobrecogedor, tan colosal en su intensidad como la fuerza de los sentimientos y pasiones de los protagonistas.

Somewhere: El precioso cuento de hadas de la Coppola entre un hombre aislado rescatado por su hija queda capturado con la cámara de Savides envolviendo todo el relato de una atmósfera de ensueño, con la fugaz belleza del momento efímero, la nostalgia de lo que se está acabando mientras está pasando, de lo que queda impregnada toda la película y que captura al espectador.

Y cuatro finalistas...


La espectaculares imágenes de Origen, la adaptación contemporánea de los cánones del western en un pueblo toscano en El Americano, el tenebrismo de Shutter Island y la creatividad in extremis de iluminar Buried.

Mejores Efectos Visuales

                            

Tío Boonmee que recuerda sus vidas pasadas: Por ese nostálgico viaje al cine fantástico de serie B tradicional mediante el uso de las técnicas más artesanales y a la vez resultando sobrenaturales, inexplicables. La creación de las apariciones del pasado, el episodio de la princesa y el pez gato, el tío Boonmee en la cueva. La técnica al servicio de la imaginación pura, para crear la historia de fantasía por antonomasia de este 2010. 

Origen: París doblada sobre sí misma. Una pelea en un pasillo de hotel flotante. Las explosiones en la nieve. El diseño apocalíptico del limbo. Y todavía seguimos boquiabiertos.

Cisne Negro: De nuego técnicas tradicionales que dan unos resultados simplemente espectaculares. Los reflejos rebeldes en los espejos, los cuadros que cobran vida, salvajes lesiones, piernas que ceden, cuellos que se alargan, pieles que se escaman... Y la coda de Odile. Nunca se ha visto nada igual.

Scott Pilgrim contra el Mundo: Zambullida hasta el núcleo de un auténtico videojuego recreativo de los ochenta, con animación pixelada inclusive. Una auténtica delicia estética que nos devuelve las mejores batallas, del Street Fighter y compañía. 

Monsters: Gareth Edwards se vale en su ópera prima de sus propios efectos para inspirar la aparición del amor de la forma más inaudita, y por el camino nos asusta con trucos de la vieja escuela al estilo Parque Jurásico que funcionan como la primera vez.

Y dos finalistas...

                       

Los Winklevosses. Nuevo prodigio de la técnica al servicio de la historia traído por Fincher y vehículo de lucimiento para Armie Hammer en La Red Social. La psicodelia y el delirio, la marciana belleza del neón de Enter the Void.

Mejor Montaje


Cisne Negro: Juegos de espejos, confusión entre lo que se ve y lo que se intuye, la película queda construida en una obsesiva espiral de autodestrucción en busqueda de la creación artística, avanzando irremisiblemente hacia un final apoteósico. Mención especial el montaje en los números de baile, tan perturbadores como el resto de la película, pero sin renunciar al clasicismo de los mejores números musicales, con la cámara moviéndose como una bailarina más.

La Red Social: Lo tenían difícil: darle ritmo a una película sobre querellas a un informático. Sin embargo, la película es un prodigio de la narrativa, no solo por el ágil y frenético ritmo de sus dos horas, sino en el rotundo triunfo que La Red Social supone en lo que es elemental a la hora de hacer una película: cómo contar bien una historia. La alternancia de los dos procesos judiciales, el diálogo a dos tiempos, pasado y presente, el perfecto timing cómico, esos enérgicos plano/contra plano...  Y por supuesto, la regata de remo, momentazo de 2010.

Buried: Rodrigo Cortés crea más vida en pocos metros de caja  que muchos cineastas en toda su carrera. La planificación responde a la agitación y situación de urgencia del protagonista sin nunca caer en el exceso, resultando extrañamente transgresora por su sutileza.

Origen: Viaja a los albores del cine, extrae de Griffith la idea del montaje en paralelo y el salvamento en el último minuto, vuelve al futuro, lo lleva al mundo del subconsciente y multiplica el invento de Griffith por cuatro niveles de realidad, sin crear confusión en el espectador en un solo momento y logrando que todo encaje de forma perfecta. El resultado son cuarenta minutos que hacen historia. Puntos extra por el uso que le dan a los ralentís y la cámara lenta, además de esa habitación sin gravedad simplemente impresionante.

Exit Through the Gift Shop: Es la labor de montaje, la estructuración de este documental genuino y único en su especie la que consigue darnos la que probablemente sea la película más divertida y mordaz del año. Mérito especial por conseguir con su planificación revolucionar el mundo del documental, y mostrando que con menos didáctica y más mala leche se aprende igual o mejor.

Y tres finalistas...

                           

La forma de intercalar soportes audiovisuales según sea grabación del documental de la HBO, la intimidad del hogar de los protagonistas o en los combates en el ring en The Fighter. Blue Valentine combina pasado con presente, dos partes que no pueden ser más diferentes dialogan entre sí y provocan una reacción demoledora en la platea. Esa escena de la boda... Los ritmos frenéticos y la pasión puesta en los duelos de Scott Pilgrim contra el Mundo.

Mejor Sonido


Cisne Negro: tijeras cortando uñas, huesos crujiendo, alas batiendo, gritos, cantos de cisne... 

Tío Boonmee que recuerda sus vidas pasadas: mecer de hojas, árboles, animales, toda la naturaleza cobrando vida, "hablando".

127 Horas: caída, golpe, chocar, tirar, empujar, gritar. El cuhillo, la roca. El cuchillo, el brazo. La piel, la carne, el músculo, el hueso, el nervio.

Enredados: lanzando el pelo. Los combates. El agua saliendo de la presa. Maximus relinchando. La sonorización de los números musicales.

La Red Social: Fincher vuelve a epatarnos en una sola escena. Interior de discoteca. Mark y Sean hablan de las modelos de Victoria Secret y de hacerse millonarios a los veinte. La música ensordecedora. El espectador está dentro de la discoteca con ellos, oye la conversación como se escucha dentro de un lugar así, pero no nos perdemos una coma.

Y cuatro finalistas...



Los sonidos de la mente psicotrópica y del más allá en Enter the Void. La odisea de Toy Story 3. La instrumentación, los bailes, las canciones de Burlesque. El envolvente universo sonoro de Origen.

Mejor Banda Sonora Original

Ante tal variedad de bandas sonoras y su inmensa calidad, soy de la opinión de que debería seguir haciéndose como años atrás y clasificar las bandas sonoras en tres categorías: original, adaptada y de canciones. Allá vamos con el primer grupo:

                            

Cómo enterenar a tu dragón: Captura el espíritu aventurero y lo llena de emoción, acompañando con suma ternura y delicadeza el florecimiento de tan conmovedora amistad. Preciosa en las escenas de vuelo.

Misterios de Lisboa: Arriagada dota a las apasionantes historias de Ruiz de grandiosidad y de una intensidad acorde con los encuentros y desencuentros de los personajes, resultando gloriosamente desmedido, teatral, operístico.

El Escritor: El particular homenaje a Herrman  por parte del genio Desplat es una composición que resulta circular, en espiral, que da vueltas sobre sí misma como toda buena conspiración paranoica y asfixiante, como la de la joya de Polanski.

La Red Social: Reznor y Ross ponen música al aislamiento, a la soledad, a la vida de toda una sociedad que se relaciona por Internet mediante una composición única, valiéndose de sonidos retro vanguardistas, anticlimáticos, perturbadores, profundamente innovadores.

Origen: El músico que mejor sabe resucitar, Hans Zimmer, se supera a sí mismo y dota a la película de Nolan de toda su épica y monumentalidad, dándole una trascendencia inesperada, y mediante variaciones subliminales de Je ne regrette rien, nos sumerge al mundo del sueño y del subconsciente.

Mejor Banda Sonora Adaptada


True Grit: Burwell acierta de pleno decantándose por  himnos tradicionales americanos para capturar la esencia pura y todo el clasicismo del Lejano Oeste.

Yo Soy el Amor: John Adams recurre a trabajos previos suyos cuyo carácter sinfónico, con la grandiosidad de una ópera le dan a la película el tono epopéyico y apoteósico que se merece, que va anunciando la llegada de la metamorfosis de Emma hasta la conmoción de su clímax final. Imposible no derramar la lágrima ante la perfecta conjunción música/interpretación/imagen.

Cisne Negro: Mansell y Tchaikovsky. No haría falta decir más. Lo que el primero hace con la obra más famosa del segundo deja corta la palabra adaptación: la reinventa, la revoluciona. El resultado es estremecedor, le da al Lago de los Cisnes una intensidad sin precedentes, un terror y una belleza antológicos que junto a las imágenes levantan la más perfecta de las pesadillas: Nina, Lily, Erica, Thomas, Beth... todos está viviendo su peculiar Lago de los Cisnes.  Sus temas originales, en concreto los utilizados en la noche con Lily y la víspera del estreno son estremecedores.

Habitación en Roma: Los sonidos de Jocelyn Pook, sus tangos, sus coros, así como las composiciones de Russian Red son el marco perfecto de hedonismo, sensualidad y profundo romanticismo para el apasionado encuentro entre Alba y Natasha.

Shutter Island: Mahler y Penderecki. Estos dos nombres han creado para Shutter Island una música atmosférica, tensa y enervante, que lleva la locura de los residentes de la isla a las últimas consecuencias mediante sus disonancias, resultando la combinación aterradora, un viaje musical tremendamente inspirado a las profundidades de una psique enajenada.

Mejor Banda Sonora de Canciones


Bon Appétit:La inteligentísima selección de canciones indies que incluye a Radio Dept. y a Sigur Ros crea esa nostalgia, ese sentimiento agridulce y melancólico que acompañan y que resumen y capturan la magia de la historia de Hanna y Daniel. 

Somewhere: La Coppola vuelve a demostrar que es un auténtico genio en lo que a dotar á sus películas de la sonoridad perfecta y aquí se decanta por el pop lánguido y la canción italiana, valiéndose de Gwen Stefani, The Strokes, Sting, Foo Fighters, Sebastian Tellier, Bryan Ferry o el mismísimo Elvis Presley versionado por un miembro del personal del Chateau en un momento mágico, como el conjunto de esta preciosidad.

Scott Pilgrim: Beck y los Sex Bob-omb crean un conjunto de canciones originales de espíritu  trash y garage rock que definen el sentir de la banda protagonista: rebelde, inconformista, incendiaria,machaca ex-novios.

Les Amours Imaginaires: Dolan se vale de canciones atmosféricas para reflejar las frustraciones de su pareja protagonista y su particular lucha por lograr lo inalcanzable. El uso de Pass this On o de Keep the Streets Empty for Me contribuyen a lograr dos secuencias de un lirismo arrebatador.

Winter´s Bone: La nana que abre la película es una declaración de intenciones y la presentación idónea para la galería de personajes que pueblan la historia. El country y las canciones folk usadas no son solo preciosas sino que definen la atmósfera y el tonode la película.

Mejor Canción



" You Haven´t Seen the Last of Me" de Burlesque. Grandiosa, rockera, intensa: la diva ha vuelto por la puerta grande.

"Loving Strangers" de Habitación en Roma. El romanticismo en su estado más puro. La canción perfecta para le película, nacieron la una para la otra.

"Sitcks and Stones" de Cómo entrenar a tu Dragón. La música de Jonsi hace volar a Desdentado más alto todavía con esta canción de sabor folk y espíritu aventurero y optimista.

"Kick Ass" de Kick Ass. Nadie como Mika para encarnar el espíritu, los sueños y el desenfreno juvenil sin caer en lo almibarado, sino componiendo un tema único para una peli de acción.

"Life During Wartime" de La Vida en Tiempos de Guerra. Se podía intuir, pero había que caer: el sutilísimo y trágico sentido del humor de Solodnz encaja como un guante con el de Devendra Banhart, en esta preciosa elegía.
                           

viernes, 18 de marzo de 2011

... Heroínas!

El museo Thyssen inauguró la semana pasada una fascinante exposición que se mantendrá hasta el cinco de junio y que abarca distintas facetas de la mujer. Lo que resulta especialmente atractivo de la exposición es la coexistencia en la misma sala de obras de arte de siglos muy diversos y de distintas formas artísticas, encontrándonos pinturas, esculturas, fotografías, videoarte de siglos muy separados pero que sin embargo se encuentran ordenados con una electrizante coherencia, de tal forma que las obras parecen hablar entre sí. La ordenación por categorías femeninas es muy inspirada y proporciona mayor disfrute al espectador. Además es una oportunidad única para ver obras de artístas clásicos y contemporáneos, que en su gran mayoría son de una belleza y maestría abrumadoras. Para un admirador de la pintura romántica y prerrafaelita como un servidor, esta exposición es un placer indescriptible. No me alargo más cuando los artistas lo cuentan mucho mejor, así que aquí os dejo algunos ejemplos que se encuentran en el Thyssen, o en la Fundación Caja Madrid, donde se expone la segunda parte, para ir abriendo boca:

Solas


 
Leighton, Soledad 
Hopper, Habitación de Hotel


                                                     








Ménades


Alma-Tadema, Ménades exhaustas tras la danza


Atletas
Reni, Atalanta e Hipómenes




Amazonas y Guerreras


Von Stuck, Amazona Herida
Rossetti, Juana de Arco




Mártires

Waterhouse, Santa Eulalia

Caravaggio, Catalina de Alejandría

Gastaldi, Safo
Magas

Waterhouse, Circe ofreciendo la copa a Ulises
Waterhouse, El Círculo Mágico


Pintoras

Kahlo, Autorretrato con Collar de Espinas

Gentileschi, Autorretrato como alegoría de la pintura



Lectoras



Místicas

Fullerton-Batten, Green Dress



Fullerton-Batten, Mirror




Fullerton Batten



 Muchísimos más, dignos de poner aquí, pero más complicados de encontrar. El cuadro de Reni quita el aliento visto en vivo, los de Leighton no pueden ser más elegantes y refinados, de una belleza incomparable, con el de las ménades por fin he encontrado mi cuadro favorito de Alma Tadema, es increíble el detalle en los rostros de las mujeres. Waterhouse es insuperable, su teatralidad, sus mujeres son auténtica poesía, como la Juana de Rossetti o la Safo de Gastaldi, que te cuentan su destino con la mirada. El autorretrato de Kahlo es conmovedor, ver un Hopper en vivo es envolverte en su soledad y misterio, y la mirada de la Catalina de Alejandría de Caravaggio tiene un poder... Mi descubrimiento de la exposición, la fotógrafa Fullerton Batten. Cuanto más descubro de ella, más me obsesiona. Pero hay más, mucho más, auténticas preciosidades de vídeos, cuadros, esculturas... Tenéis que verlo, las heroínas del Thyssen os conquistarán.


martes, 15 de marzo de 2011

...Días Animados!


Grandes tiempos para la animación corren por la cartelera patria. Aquellos que no van al cine a ver dibujitos porque hasta las películas Pixar les parecen demasiado "para niños", y les gustaría ver un tipo de animación en las pantallas más orientado hacia los adultos; los que prefirieron las neurosis de los personajes de Fantástico Mr. Fox, la psicodelia apocalíptica de The Wall, la crítica política de Persépolis o Vals con Bashir, o las paranoias de los personajes de Richard Linklater, tomen nota, no vayan a perderse dos auténticas revelaciones animadas. Y empecemos por el peculiar sheriff que llega a cierta aldea...


...con camisa hawaiana y debido a un accidente de tráfico. Rango, la película de un lagarto que a su pesar se encontrará cara a cara, literal y figuradamente (de esta frasecita se entera quien ha visto la peli, no se me ha ido todavía la cabeza), con el Espíritu del Oeste. Sí, lo sé, de héroes a su pesar están llenas las películas de animación más infantiles, pero también las más adultas, así que si tienen un poco de paciencia, explicaré lo que hace a Rango una película tan especial.

Y es que estamos ante una cinta que decide tomar un género tan poco agradecido en nuestros días como es el western, más en concreto, las convenciones del spaguetti western, mucho más reflexivo, pesimista, crepuscular y autoconsciente, y no crea una farsa barata ni se conforma con hacer un divertimento con buenos, malos, pistolas y gracias infantiles,  sino que a partir de todos los lugares comunes del género y de un humor surrealista que dejará perdidos en ocasiones a los más pequeños, le rinde el homenaje definitivo. Especialmente admirable es comprobar cómo los artífices de esta joya deciden en todo momento ir más allá y que lo que a ellos en verdad les importa es elaborar una reflexión sobre la soledad del justiciero, sobre la figura atormentada del llanero solitario, sobre lo que de verdad yace bajo una buena película del Oeste, demostrando que un género que parece obsoleto puede perfectamente seguir vigente en nuestros días, y haciéndolo siempre mediante un ingenio único, un ritmo ágil (a la vez que respeta las pausas meditativas de todo buen vaquero), una acción trepidante y muy bien desarrollada y una calidad animada fuera de serie.

La maravillosa animación merece un capítulo aparte. Porque si algo es Rango es desde luego una orgía visual de primer orden. Cada plano deja con la boca abierta y hace palidecer al anterior. Y cabe agradecer el resultado a que de nuevo (y esto empieza a ser habitual), quien esté tras las cámaras sea un director que se ha labrado su carrera en el cine de imagen real y que decide atreverse con la animación. Combinación que últimamente ha dado unos resultados visuales extraordinarios, acompañados de historias muy personales. Gracias a esta animación autoral, el género está ganando muchos enteros. Por otra parte, de nuevo una película de animación cuenta para su creación con la ayuda de un director de fotografía, y no uno cualquiera, sino el gran Roger Deakins, quien últimamente ha contribuido a que películas como Wall-E y Cómo entrenar a tu dragón sean las maravillas visuales que son. En este caso la iluminación y la paleta de colores usada es acertadísima, abarcando un sinfín de registros, desde los ocres y marrones polvorientos del desierto, a los rojizos y morados del crepúsculo, pasando por los azules nocturnos y la interminable gama cromática de la que hacen gala los exóticos animales que pueblan la película.

Y menudo zoo desatado nos encontramos en Rango. El diseño de personajes, tanto el visual, como el desarrollo psicológico de cada uno de ellos, está cuidado al detalle. Rango es una película muy coral, cuenta con un reparto espléndido en el que cada personaje tiene una motivación, una forma concreta de pensar, y por tanto obra en consecuencia a esa particular idiosincrasia La galería de personajes es inmensa, pero uno no se pierde, sino que la película queda enriquecida de tanta carismática presencia. Desde el alcalde del pueblo a las serpientes forajidas, pasando por los búhos mariachis que cuentan al espectador la historia de Rango, o cada uno de los aldeanos, el conjunto de personajes es simplemente maravilloso. A ello ayudan unas voces perfectas en la versión original que cuentan con Johnny Depp, Isla Fisher, Bill Nighy, Abigail Breslin o Alfred Molina.

Éste último presta su voz a un armadillo (uno de mis personajes favoritos), que hace su aparición en la película de forma muy macabra y es quien adentra a Rango en el Espíritu del Oeste, y al espectador en la clase de película que vamos a ver. Porque estamos ante una película de un humor sui generis, que no contentará a todos los paladares. Para disfrutar esta película en su plenitud hay que dejarse llevar por sus delirios, por su punto de locura y a la vez por la nostalgia de un tiempo perdido. A la vez hay que aceptar el surrealismo y la belleza de sus escenas oníricas como otra clase de realismo, el realismo de esta película. Así, las bromas son imprevisibles y a costa de cualquier blanco, de forma muy sutil, la mayor parte en boca de este lagarto que parece no enterarse muy bien de dónde está, de qué está haciendo y de lo que dice. Pero nosotros lo hacemos, lo disfrutamos y no lo olvidamos. No os perdáis Rango, sumergíos en la locura del Oeste.



Pero viajemos ahora del cálido desierto americano a la aún más cálida La Habana, donde Trueba, Mariscal y Bebo Valdés se han unido para contarnos la más apasionante historia de amor que se ha cantado en mucho tiempo: La historia de Chico y Rita.

No quiero repetirme con ideas ya expuestas más arriba, pero al igual que en Rango, esta película se beneficia de la frescura que da el que quienes estén tras las cámaras no solo no son animadores convencionales, sino que encima tienen universos propios. Por un lado tenemos a Trueba, cuya pasión por Cuba, su música y cultura es de sobras conocida y garantía de éxito artístico. Por otro lado está Mariscal, y su forma preciosa de crear mundos, de ver ciudades como nunca antes se habían visto y dotarlas del color que siempre habían tenido, pero añadiéndoles su magia. Y finalmente, el prodigioso Bebo Valdés, cuya música hipnotiza ya en sus primeros e inconfundibles acordes, por lo que nadie mejor que él para guiarnos por el panorama musical de la América del siglo pasado, captando la sensualidad  de la canción cubana y el auge del jazz estadounidense.

Así, por un lado gracias al arte de Mariscal y la dirección de Trueba, la animación es sencillamente espectacular, auténticas pinturas del artista en movimiento. Mariscal contrasta la calidez y sensorialidad de La Habana con el bullicio neoyorkino, con el magnetismo de sus neones y la frialdad de sus calles. Tan pronto nos seduce con el movimiento de un vestido al bailar y de unas partituras cayendo de la cama en un erótico y ya mítico encuentro sexual, como nos conmueve con solitarios paseos entre copos de nieve o nos mete de lleno en un rodaje hollywoodiense, siempre cuidando el color, la luz, las expresiones de los personajes, que por otra parte se ven frenadas por las propias limitaciones del tipo de imitación.  Sin poder evitar caer en la cursilería que provoca el entusiasmo, contemplar esta película, sus imágenes en movimiento, es algo mágico, cada fotograma es un estallido de color que nos deslumbra, y que nos convierte en privilegiados ante la presencia de tanta belleza que nos solo nos provoca admiración, sino que en su sencillez capta la emoción pura, la visceralidad y pasiones de sus personajes, las vibraciones de su música.

Porque cuando no solo ves, sino que también oyes, entonces la experiencia adquiere toques místicos: la música de la película es su principal motor. Es más, su música, sus canciones son la película. La composición de "Lily" es ya algo inolvidable para quien ha visto la película, sus piezas musicales nos acompañan mucho más lejos de la sala de cine y se quedan con nosotros, no nos sueltan impidiendo que olvidemos la apasionada historia de amor y desamor de sus protagonistas. Además, Bebo cuenta con una excusa de auténtico lujo para recrearse en la música dando lo mejor de sí mismo: él es nuestro guía por la América de Charlie Parker, Chano Pozo, Gillespie, Thelonius Monk o Nat King Cole; así como la genial escena en la que Rita canta a Cole Porter en el rodaje de la película que la llevará a la fama. Pero el mejor ejemplo de la fusión música-imagen tiene lugar en la que probablemente sea la mejor escena de la película, durante la pesadilla de Chico imaginando a Nueva York y cómo la ciudad en sus múltiples formas y variaciones musicales le arrebata a Rita.

Pero todo esto no pasaría de ser un festín audiovisual (lo que ya de por sí no estaría mal) si no hubiera una sólida historia detrás, sustentando todo el embrujo orquestado por estos tres magos. Y no nos engañemos, la historia la hemos visto muchas veces, pero donde podría haber primado el deja vu o la previsibilidad de un argumento sencillo, lo que prevalece es una historia de amor clásica, de las de antes, de esas que eran más grandes que una vida, que se alargaban en el tiempo y en el espacio, a través de los años y de numerosos países, una historia de amor épica, en definitiva. Y así es este Chico y Rita, monumental y apasionada, sensual, conmovedora hasta la lágrima, contada desde el corazón y las tripas y sobre todo desde la preciosa voz de los amantes artistas. El espectador queda atrapado por su amor y les sigue, deseando solo que sean felices después de tanto luchar por conseguirlo.  Y esto es lo que hace que estemos ante la obra maestra animada que es este Chico y Rita. El testimonio histórico de toda una época. La carta de amor definitiva a un país, a un tiempo y a una música. Pero sobre todo una oda al buen cine.