sábado, 16 de abril de 2011

...Bright Star!

                 

I thought my heart was breaking

Bright Star, la última película de Jane Campion, es una preciosa oda al amor recitada con tanta honestidad y de forma tan valiente que solo intentar hablar de ella, o explicarla es una forma más de mancillarla. Campion nos devuelve la fe en el amor más puro e intenso, el amor que nos hace ver el mundo como el lugar más bello donde uno puede habitar, el que nos hace querer todo y a todos, el que nos hace apreciar cada detalle, cada sonido... Pero que a la vez es el que nos tiene en cama sin dormir, el que nos hace vagar lánguidos, taciturnos y melancólicos, el que nos hace odiar nuestra vida y nuestro destino... Ese amor intenso, estúpido, que no conoce recatos ni eufemismos. El que nos da la vida, el que nos hace arder. Jane Campion nos recuerda (e incluso lo pone en boca del propio Keats) lo sagrado de los afectos de nuestro corazón...

I wish we were butterflies and liv´d but three summer days

... Y lo hace mediante la clase de poesía más hermosa y apasionante que ha dado nunca el cine.  Porque Jane Campion en su peculiar "película sobre Keats", captura todo el R/romanticismo que ese nombre contiene en cada fotograma. La película en sí es un poema de Keats, abarcando toda su fascinación por la naturaleza, el canto a la intensa belleza del instante efímero. Efímero como lo fue la vida del propio Keats, efímero como lo fue su historia de amor con Fanny Brawne, como lo son las flores, las mariposas, el viento que mueve una cortina o la luz del sol entrando por una ventana. La película es una historia de amor contada por dos Románticos enamorados, que por lo tanto ven el mundo con toda su belleza, con su delicadeza y fragilidad, y así nos lo hacen ver a nosotros. La naturaleza es un personaje más en Bright Star, un personaje que como en las bucólicas renacentistas, es partícipe del amor de sus personajes principales. Y cada plano contiene tanta belleza... La película se ve conteniendo el aliento, y deseando que nunca acabe, como si al menor movimiento fuéramos a ser responsables del fin de tanta perfección, como si fuéramos a ahuyentar a las mariposas. Pero la clase de poesía no termina allí. La película es en gran parte tan maravillosa por el amor hacia la poesía que transmite, mediante el recitado de obras de Keats durante la historia, momentos que en ningún momento resultan impostados o almibarados. Lo que consiguen Campion, Cornish y Wishaw (estos dos últimos en unas actuaciones simplemente sublimes) es demostrar a los escépticos que queden en este mundo, que el arte es el único vehículo que puede llegar a expresar con precisión sentimientos tan elevados, tan puros e intensos. El arte en general y la poesía en particular como la sublimación de la emoción pura.

Do I wake or sleep?

Así, con Bright Star estamos ante la comunión armónica y casi mística del arte y el amor. El Arte como ofrenda al Amor, sentimiento que nos engrandece, nos hace mejores, nos ilumina. Es el Amor lo que genera la Belleza a nuestro alrededor, los griegos sabían lo que hacían al nombrar a Afrodita como diosa de ambos: van unidos. Y en estos tiempos cínicos, se agradece un canto a la fascinación que nos produce la mirada del otro, a la magia del contacto de dos manos que se unen, a la frescura y honestidad de un sentimiento que florece, a la melancolía que nos invade cuando sufrimos la ausencia, a la reverencia que merece un primer beso de auténtico amor... y la que merecen los versos que tratan de inmortalizarlo. Me gustaría escribir mucho más sobre las infinitas maravillas de esta obra de arte, pero creo que sus imágenes hablan mucho mejor que yo , así que os dejo con un puñado de ellas, auténticas preciosidades:

















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